Es asombroso cómo pasa el tiempo, a veces la vida sin darnos cuenta nos va llevando
por donde ella quiere, pese a todo, pese a nosotros mismos.
Estancada, al igual que los lagos artificiales, estancada sin poder encontrar la salida
por donde pueda fluir toda mi fuerza.
Cerrada a todo, viviendo el momento, no queriendo tener sueños, añorando muchas
veces el pasado, siendo consciente de que éste ya no volverá.
Ayer sin buscarlo, el día me llevó a una sala donde había gente mayor bailando,no pude evitarlo, me senté, me puse a observar a casi todas las parejas que bailaban.
Muchas de ellas bailaban mirándose a los ojos todavía con complicidad, notaba que pese al paso de los años estaban enamorados, sin embargo, otros bailaban así sin más, cada uno con su mirada ausente al otro, y otros bailaban aparentando, sabiendo perfectamente que no sentían nada el uno por el otro.
No paraba de observarlos bailar, los años se veían reflejados en sus rostros, en sus vidas, a unos veía contentos, plenos, y a otros ausentes incluso de ellos mismos.
Yo me dije a mí misma, que preferiría pasar el resto de mi vida sentada en una silla que bailar toda una vida con una mentira.
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Pues sí, es lo que tiene la vida, está llena de mentiras e hipocresía. Que le vamos a hacer. Pero no se libra nadie ni ninguno de los 4 poderes: Banca, Estado, Prensa e IGLESIA(para mí la más hipócrita). Si tuvieramos que depender de éso no saldriamos a la puerta de la calle. Pero en fín, habrá que vivir, no? Y que conste que lo digo yo, que soy un defensor a ultranza de la sinceridad. Un saludo.
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